Naturaleza y Fauna
Finca Las Caraballas
«Una sociedad se define no sólo por lo que crea sino por lo que se niega a destruir»
John C. Sawhill (The Nature Conservancy)
Finca Las Caraballas
Ubicada en el corazón de la comarca de Tierra de Pinares, la finca queda delimitada por una gran masa forestal de pino resinero o rodeno (Pinus pinaster), donde algunos pies de encinas dispersos nos muestran cuál es el auténtico bosque autóctono del entorno. El resto de la finca queda abrazada por grandes extensiones agrícolas, fundamentalmente de cultivos cerealistas.
La riqueza y variedad de plantas que crecen bajo nuestras cepas ofrecen una variada composición de aromas y colores, todo un regalo para nuestros sentidos mientras recorremos el viñedo. Esta heterogeneidad de paisaje otorga a Las Caraballas un entorno único, con una riqueza y variedad de naturaleza y fauna excepcionales.
Cada amanecer, liebres (Lepus granatensis), alcaravanes (Burhinus oedicnemus) y chotacabras (Caprimulgus sp.) anuncian la salida del sol desde el interior del viñedo, para dar paso al poderoso azor común (Accipiter gentilis), que abandona el interior del bosque para salir a campear en las proximidades. Bajo la densa cubierta vegetal que ofrece el pinar, nuestro azor comparte hábitat con el singular búho chico (Asio otus) o con la elegante aguililla calzada (Áquila pennata), que cada verano nos acompaña tras su largo viaje desde África.
Control Biológico de Plagas
Desde Las Caraballas, trabajamos para proteger nuestro patrimonio natural, conservarlo y potenciarlo. Para ello estamos realizando campañas de colocación de nidales artificiales que favorezcan a poblaciones, hoy en declive, de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), lechuza común (Tyto alba) o búho chico (Asio otus).
La gestión positiva de estas especies, protege a los cultivos frente a plagas de roedores, minimizando daños y evitando el uso de rodenticidas químicos. De esta forma nuestros viñedos mantienen una buena salud y evitamos que nuestro frágil ecosistema desaparezca.
Para desarrollar estas actividades, colaboramos con el programa de control biológico de plagas de topillo (Microtus arvalis), gestionado por la ONG GREFA.
Conservar y cuidar el entorno que hemos heredado es la base del desarrollo sostenible, ya que será nuestra herencia para las futuras generaciones. Finca Las Caraballas trabaja para demostrar que otra agricultura es posible.
Cubiertas Vegetales
No menos importante es la gestión y conservación de las comunidades de insectos característicos de nuestros viñedos y campos. Mediante la siembra de una cubierta vegetal protectora, cada primavera nos acompañan decenas de aves canoras e insectívoras, que encuentran su alimento entre nuestras viñas, evitando la proliferación de plagas.
En muchos campos agrícolas sólo se escucha el silencio de los pájaros, una primavera muda y silenciosa que ha aparecido por la aplicación indiscriminada de insecticidas químicos.
En nuestros viñedos evitamos el uso de estos productos, dando a nuestros vinos un toque de calidad y un valor añadido, que se beneficia de los servicios ecositémicos que nos ofrecen nuestros carboneros (Parus major), herrerillos (Parus caeruleus) y los coloridos abejarucos (Merops apiaster) cada primavera.
Seguimiento de las poblaciones de micromamíferos.
De forma paralela a la instalación de cajas nido para controlar las poblaciones de topillo campesino, se inició un seguimiento de las poblaciones de micromamíferos mediante trampeos, para poder determinar la efectividad de la medida. Los trampeos se han realizado en dos épocas distintas, primavera y otoño; en dos hábitats distintos: el viñedo ecológico y un barbecho viejo adyacente. Durante ese intervalo hemos observado un aumento de las poblaciones de topillo en la zona más cercana al barbecho viejo, un descenso de las mismas en el barbecho viejo y manteniéndose en niveles muy bajos en la zona más alejada.
Estos trampeos se encuadran dentro de un estudio cuyo objetivo es obtener índices de abundancia del topillo campesino basados en indicios de presencia de la especie (excrementos, huras, restos de alimentación…) que permitirían un seguimiento más sencillo y económico de las poblaciones de este roedor a una escala mayor.
Cetrería: un arte medieval.
En plena era de la tecnología, en Las Caraballas recurrimos a una técnica medieval como control de plagas.
La cetrería es el único sistema de dispersión ecológico, no contaminante, no masivo y realmente efectivo para controlar las poblaciones de urracas, cornejas, estorninos, etc.
En la mayoría de los casos, las aves huyen ante la presencia del cazador.
En Las Caraballas contamos con aves tanto de vuelo bajo como de altanería a tal efecto. Halcones y Harris son fieles defensores de Las Caraballas.